En estos meses los único que se ha podido hacer es eliminar los
insectos que se comían la imagen de San Roque. Amiguitos de distintas familias
se estaban pegando un festín con la madera y aún en febrero había algún
superviviente de los ataques tóxicos. Ahora se está consolidando el interior,
lo cual llevará también bastante tiempo. Lleva algo así como tres litros de
consolidante y no se ha pasado de la cintura, pero aunque está como una esponja
de blandito por algunas zonas, por otras ya parece que tiene bastante
consistencia.
San Lázaro está intacto,
tan sólo se ha delimitado una zona para hacer algunas catas de limpieza.
Ana Mª del Río Correa
Licenciada en Bellas Artes, Especialista en Conservación y Restauración
de Obras de Arte y Licenciada en Humanidades.